¿Te has preguntado cómo funciona la mente en relación con el aprendizaje?

La importancia de las emociones en el aprendizaje

Emociones y el aprendizaje

Caroline Leaf, una neurocientífica cognitiva, afirmó que "Aprender es una decisión". Estoy completamente de acuerdo. Piensa en lo que aprendiste hace dos o cinco años. ¿Cuánto de eso recuerdas? Quizás solo un 10% o, si tienes buena memoria, un 20%.

Sin embargo, ¿qué pasa con eventos significativos, como el día que aprendiste a andar en bicicleta o cuando recibiste el videojuego que tanto anhelabas? Estoy segura de que recuerdas esos momentos en detalle: dónde estabas, cómo estabas vestido, el clima de ese día y sobre todo, las emociones que experimentaste.

Las emociones a menudo se pasan por alto en el contexto del aprendizaje o la educación formal. Pero la verdad es que están intrínsecamente ligadas al proceso de aprendizaje.

¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que recuerda una lección no tanto por el tema en sí, sino por cómo se sentían en ese momento? El papel del profesor, los padres o incluso el estado emocional del estudiante pueden influir en cómo se absorbe y retiene la información

La neuroeducación nos dice que para aprender, necesitamos crear nuevos caminos neuronales. Estos caminos se forman a través de la primera respuesta que tenemos a una situación, gracias a nuestra reacción emocional en ese momento. Por ejemplo, si te enseñaron que cada vez que sacas una mala nota, te quitarán el televisor, es probable que te concentres más estudiar para no perder tu programa favorito que en comprender el material.

En resumen, aprender es una decisión que tomamos consciente o inconscientemente en nuestras vidas. La conexión entre nuestras emociones y el proceso de aprendizaje es innegable y fundamental para comprender cómo adquirimos conocimiento y lo retenemos en nuestra memoria.

La idea de que nuestras emociones influyen en nuestro aprendizaje no es nueva. Autores como Daniel Goleman, en su libro "Inteligencia Emocional", han explorado profundamente este tema, argumentando que nuestras habilidades emocionales son tan importantes como nuestras habilidades intelectuales para el éxito académico y profesional.

En cuanto a la neuroeducación, el trabajo de John Medina, autor de "Brain Rules", proporciona una visión fascinante de cómo funciona el cerebro y cómo podemos optimizar nuestro entorno de aprendizaje para mejorar nuestra retención y comprensión del material.

Y ¿Cómo logramos que nuestros estudiantes conecten el aprender con emociones positivas?

Para lograrlo, es crucial crear un ambiente educativo que fomente la motivación, el interés y el bienestar emocional. En E-clases, utilizamos diversas estrategias:

Relacionamos el contenido con los intereses personales de los estudiantes, mostrando como los temas se relacionan con sus vidas.

Utilizamos métodos de enseñanza activos y participativos, fomentando la participación y haciendo que los estudiantes se sientan parte del proceso de aprendizaje.

Creamos un ambiente de apoyo y colaboración, donde los estudiantes se sienten seguros para expresar sus ideas y emociones.

Incorporamos elementos de diversión y creatividad en el proceso de enseñanza, haciendo que el aprendizaje sea más atractivo y estimulante.

Proporcionamos retroalimentación constructiva y alentadora, reconociendo el progreso y los logros de los estudiantes.

Fomentamos la autonomía y la elección, permitiendo que los estudiantes tomen decisiones sobre su propio aprendizaje y se sientan empoderados en el proceso.

Estas estrategias ayudan a crear un entorno en el que los estudiantes se sientan emocionalmente conectados con el aprendizaje, lo que puede llevar a un mayor compromiso y éxito académico.

Uno aprende lo que ama

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